El coronavirus llega al cine 🦠

 

¿Cómo ha afectado el coronavirus a nuestra industria? Pues, además del aplazamiento sin fecha o cancelación de casi 300 rodajes, la cultura de lo gratis, el altruismo interesado, o los estrenos online son consecuencias de esta precipitada crisis cuyos resultados aún no sabemos del todo bien qué depararán. A continuación, una reflexión sobre estos fenómenos.

La cultura de lo gratis (again)

Durante estas fechas del coronavirus, plataformas, empresas, organizaciones, etc. han saturado redes sociales y grupos de whatsapp con oportunidades gratuitas que aprovechar esta temporada en la que hemos de quedarnos en casa. Muchas veces ofrecen servicios que son normalmente de pago de forma gratuita durante el periodo de cuarentena: Flixolé, Movistar+, y muchas otras iniciativas. 

*De hecho si no has leído el artículo de recursos para cineastas durante estas fechas, haz click aquí*

Pero esto es un arma de doble filo. Los cineastas, al igual que en otros sectores, estamos constantemente amenazados como artistas. Ya he escrito en otras ocasiones sobre por qué no hay que trabajar gratis, y cómo por el hecho de que el arte sea algo vocacional es a veces aprovechado por los demás para no pagarnos. 

En conversaciones con otras cineastas, comentamos este tema y cómo nos había afectado de varias maneras la presencia del coronavirus. En principio, ¿a quién le puede parecer mal que de forma altruista, las plataformas ofrezcan contenidos y empresarios webinars gratuitos para aportar en este momento de crisis? Pero como he mencionado antes, es un arma de doble filo. A cierta directora que había mandado un largometraje a un festival en que había sido seleccionado, le había llegado una propuesta: ¿le parecía bien que el festival, que había tenido que ser cancelado, dispusiera públicamente su largometraje en internet para que lo pudiera ver quien quisiera? En estos momentos, parece que si te niegas, es que eres egoísta y no quieres aportar a la causa. Ella se lo pensó. Algunos días después, recibió una solicitud de un distribuidor para ventas internacionales de su obra. Pero claro, para la distribución es condición sine qua non que no esté disponible en internet. Ella tenía mucho que perder y no autorizó esta difusión. 

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Los artistas además de realizarnos a través de nuestra vocación, tenemos que vivir, por lo que  no podemos permitirnos regalar nuestro trabajo. Tomando perspectiva, las plataformas que ofrecen sus contenidos de forma gratuita durante estas fechas no lo hacen (solamente) por una causa altruista, sino que también tienen un mercado potencial que se ha ampliado exponencialmente cuando tienes a gran parte del mundo encerrado en casa. Esta es una oportunidad de captación de cliente. Permiten un periodo de prueba gratuito sin coste para ellos, ya que la forma en la que funcionan es que compran los derechos de contenidos para que estén en su plataforma, consistiendo de un coste fijo. Así consiguen que más potenciales clientes prueben su servicio, muchos de ellos abandonándolo cuando las cosas vuelvan a la normalidad y otros tantos convirtiéndose en clientes definitivos. Es una iniciativa con la que apenas pierden. De la misma forma las empresas ofrecen webinars gratuitos como parte de su captación de clientes. Esto, por supuesto, no está mal. Está bien que las empresas tomen esta crisis del mercado como una oportunidad para generar más negocio. Lo que no es correcto es esperar que los artistas regalen su trabajo, o que ahora como estamos en crisis, se dé por hecho que los contenidos hayan de ser gratuitos. Un artista no puede competir con una gran empresa en estos esquemas.

Los estrenos online 

Las crisis son un momento de cambio. También entonces descubrimos que hay nuevas amenazas y oportunidades. Para empezar, había muchos estrenos planeados que se han tenido que acomodar a la situación.  Algo nóvel en nuestra industria son los estrenos online que se han estado realizando, como por ejemplo el estreno de “Onward”, la película de Pixar. (Me ha parecido muy completo este artículo sobre este tema).

Esta crisis ha dado pie a la experimentación en este sentido. ¿Cómo será estrenar una película que en un origen iba para salas exclusivamente online? Ya ha habido estrenos sólo en el online o que se han proyectado en cines anecdóticamente para calificar para premios (El Irlandés, Roma, etc.); pero nunca hasta ahora se ha planteado como una posibilidad para las productoras y distribuidoras más tradicionales. En el contexto español,  como explica este artículo de El País:

“con la Ley del Cine, todo filme que ha recibido ayudas tiene obligación de salir primero en salas y dedicar un 15% del presupuesto a su promoción. ¿Y qué pasa cuando no hay salas en las que estrenar?” 

La migración a los estrenos online supone una amenaza para las salas físicas. A medida que nuestro concepto de cómo consumimos cine evoluciona, las salas toman un nuevo rol. Según una compañera que es exhibidora en una localidad pequeña, con la que hablaba, las salas han superado muchas crisis: la de la piratería y descargas, la llegada de las plataformas, el cambio de formato al digital(que obligó a cerrar muchas salas por falta de fondos para renovar los equipos), etc. A quienes más afectan es a aquellos cines más pequeños, que tienen un público más de nicho, con cine de autor o en versión original, frente a las grandes cadenas (las cuales evidentemente también son afectadas). 

Sólo a la larga podremos ver el impacto que ha tenido esta crisis en nuestra industria. Tal vez estos cambios eran inevitables y las consecuencias del virus lo han acelerado. En cualquier caso, aunque la manera de consumir cine cambie y evolucione, habrá que seguir sufragándolo de una forma. Como artistas, en mi opinión, tenemos que saber adaptarnos y trabajar con el medio teniendo en cuenta que al final, lo que importa es que el mensaje de nuestras historias cale en la sociedad. ¿Tú qué piensas de todo esto? Podemos seguir la conversación en los comentarios.