Parte 3: "Por qué los autores sólo se quedan el 10% de los ingresos de la obra" Lo que aprendí de tratar de autopublicar mi primer libro

 

Contado en 3 partes, narro mi experiencia escribiendo mi primer libro, “Instinto Cineasta,” una guía de recursos para ayudar a cineastas a lanzar su carrera cinematográfica.

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Pese a esta positiva experiencia no me quedé parada, y seguí hablando con otras editoriales y buscando otras oportunidades para tener toda la información en base a la que tomar una decisión con respecto a cuál era el mejor camino para que mi libro llegase a mis lectores. Hablé con un amigo con el que quería contar desde el principio para hacer la campaña digital. Como he mencionado antes incluso si iba por editorial, una campaña de marketing en redes me iba a ser fundamental para llegar a la gente.

Le comenté las condiciones que me había ofrecido el editor y pensó que cobrar sólo el 10% de los ingresos del libro era una locura. Le parecía poquísimo. Yo le respondí que no me parecía mal, era el estándar. Me dijo que si quería que nuestro trato fuera el mismo, 90-10. Yo le dije que obviamente no, pero es que son dos contextos completamente distintos.

Aquí quiero aclarar una cosa: cuando le cuentas a alguien que el escritor se queda tan sólo con un 10% de los ingresos del libro, después de haber pasado meses, o incluso años escribiéndolo, se llevan las manos a la cabeza. Les parece una situación injusta, ya que creen que el 90% restante se lo queda la editorial. Sin embargo, cuando te pones a echar cuentas, ves que no es así:

Primero, el editor asume todos los costes, que no son pocos: impresión, diseño y maquetación, pagar el distribuidor, la librería, la promoción, y todo su tiempo. Ya sólo entre el distribuidor y la librería, se quedan con el 50% o 60% del precio del libro, y si el escritor se queda con el 10%, ya sólo le queda al editor un 30% de los ingresos del libro. Con este 30% de los ingresos le tiene que dar para pagar la impresión del libro, la promoción, y su propio salario. A mi forma de ver, el editor y el escritor se terminan por beneficiar de forma parecida. El coste de llevar el libro a los lectores queda repartido entonces entre muchos intermediarios necesarios, a menos que uno opte por la vía de la autopublicación, que es un curro importante.

No recomendaría a todo el mundo autopublicar, pero en mi caso creo que es la opción correcta ya que mi libro está dirigido a un público de nicho, es decir, a cineastas: a un grupo de gente que tiene un interés muy concreto. No es un libro de entretenimiento solamente, sino que principalmente es una guía útil que va a servir de forma práctica a quien lo lea. Por eso, he planteado hacer la distribución por internet, porque es donde están mis potenciales lectores: en Instagram, en Twitter, etc. Pero sobre todo, quiero dirigirme a través de la vía de la autopublicación porque entiendo los costes que tiene un editor y que sería muy difícil tener un control del diseño y de la maquetación del libro a través del mismo, ya que el diseño de esta obra es caro. He tratado de cuidar mucho el tono en el que me dirijo a mis compañeros cineastas en este libro para que no pareciera un denso libro de texto, sino que está repleto de anécdotas y vivencias personales, de éxitos y fracasos que creo que pueden transmitir al lector más allá de lo que podría ser una mera enumeración de pasos. La maquetación ha de acompañar este estilo, ya que descuidarlo podría caer en desperdiciar todo el trabajo que he llevado haciendo el último año que he estado escribiendo. Por último, el editor con el que me reuní me ofreció una opción de hacer ciertas partes del libro a color “por pliegos,” de modo que las páginas a color habrían de ser consecutivas. Ello no me terminaba de convencer y sabía lo mucho que iba a encarecer la impresión. Para que te hagas una idea, el rato a impresión blanco y negro con respecto a impresión a color es de ⅕, con lo cual el precio aumentaría en 5 veces. Por mi cuenta, di con una imprenta en la que podía imprimir a color páginas sueltas y otras en blanco y negro, que podrían por ejemplo corresponder con el inicio de cada bloque del libro y abaratar bastante la impresión, con lo cual me encaja.


Esta es mi aventura por ahora como escritora de Instinto Cineasta. Ahora ya sólo queda realizar la maquetación, la promoción digital, y terminar de informarme bien de todo. Tengo muchas ganas de tenerlo en mis manos, de compartirlo con mis compañeros cineastas, ya que muchas de las preguntas que yo tenía y que a veces me hacen se resuelven en esta guía. Si quieres estar atento a sus avances puedes suscribirte a esta lista de correo a través de este formulario: